Hoy ha querido la Luna anularme(la Luna es una marquesa romántica tan pulcra y tan ceremonisa que cuando me envuelve y me pierdo en sus enaguas almidonadas no puedo ni enfadarme).Y se ha colocado delante de mí.Todos me miraban con cristales ahumados.El día se puso rosado.Los profesores subieron a las azoteas con los discípulos(los pobres niños de las escuelas que deben verlo todo por los ojos de un maestro viejo) para enseñarles el fenómeno (¡el fenómeno!).Y yo poco a poco iba enseñándoles mis cuernos en mi "cuarto menguante"¡Qué pensaran de mi los niños que no saben nada de fenómenos!Yo parecía en el cielo como una galleta redonda,mordida;o como una pastilla de plátano.
jueves, 8 de octubre de 2009
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